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Por el corre corre de un día cotidiano... 

 

Todo comenzó un día cualquiera el cual tenía una reunión importante, tenía que terminar una presentación, alistar material publicitario, coordinar logistica, sonido, video, luces, todo debía estar acorde con lo que busacabamos impactar y que todo saliera como yo lo esperaba ante los jefes y socios... tenía poco tiempo.

 

Todo estaba listo, ya todo estaba como lo pleaneabamos para nuestra presentación. La reunión era en la tarde, después de almuerzo; a duras penas le dí 3 mordiscos a mi sanduche y logré terminar todo el jugo en caja que tenía a la mano; con mi estomago casi listo para que no empezara hacer ningún tipo de ruido en plena reunión tomé mi agenda y mis guías y me dirigí a la sala de juntas.

 

Mientras caminaba a la sala, pensaba y tenía todo en la cabeza perfectamente ordenado para ir paso a paso y que no me faltara nada al momento de hablar, la presentación también estaba terminada con animación sutíl incluida y con poca tipografía para no cansar a la audiencia, el material publicitario ya estaba en sus respectivas carpetas y ubicadas en cada uno de los puestos donde se sentarian nuestros jefes y socios, los refrigerios y el mesero que los serviría ya estaban ubicados en el lugar indicado y listo a salir a la señal acordada, el video beam listo, el audio era perfecto, las luces tenues y en off al momento de reproducir el video con el que queríamos descrestar, no me faltaba nada..... pero si, si faltaba algo. 

 

En ese camino hacía dicha sala estaba a mi derecha la entrada al baño, la observé por milesimas de segundos y pensé....... "!diablos, no me cepillé los dientes!". Todo, menos mi boca estaba lista para ese acontecimiento tan importante para mí. - Quedan pocos minutos, mi jefe y los socios deben estar abriendo las carpetas ojeando que contenian mientras esperan al expositor, para luego cerrarlas rápida y disimuladamente cuando se abra la puerta y entre él - fué lo 1ro que pensé. np titubee ni un segundo más y giré a la derecha, hacía el baño.

 

Cuándo entré al baño solo había una persona, esta, precisamente se estaba cepillando los dientes, estaba casi metido en el lavamanos, al lado tenia la caja con la crema dental (tamaño familiar), al otro lado, el tubo cilindrico de dos partes donde se guarda el cepillo, bueno, una parte, la otra parte estaba en el suelo, seguramente se le cayó insconscientemente al cepillarse o al bajar la cabeza para tomar agua y luego escupirla, en este movimiento los codos suelen hacernos ese favor. Él se cepillaba concentradamente y no se percató nunca de mi presencia, lo observé solo un momento, reaccioné, pensé en pedirle un poco de crema dental, pegarmela al dedo indice izqueirdo (porque soy surdo) y hacer de mi dedo un cepillo de dientes para que me sacará del apuro y yo me sintiera mucho más seguro al hablar, más aseado y limpio. Pero no, para mí es raro pedirle a una persona que no conozco un poco de crema dental, o al menos, una persona que no distingo... finalmente obté por solo enguagarme la boca con agua y escupir, hice este ejercicio min 3 veces. a mi lado la persona terminaba de cepillarse, observaba cómo guarbada todos los implementos que utilizó para cepillarse los dientes, como metía el cepillo casi mojado a su respectivo tubo, la crema dental a la caja de la misma, y estos 2 implementos a una bolsa de plástico.... aqui fue cuándo cepicrem, tuve ese famoso !Eureka! que pocas personas tienen. 

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